La tierra desprende energía
que se escapa por sus grietas de agua
saltando con fuerza hasta el exterior,
deslizandose con violencia por la ladera,
cayendo por las paredes
y fluyendo sin parar hasta llegar al río.
El sol muestra su potencia
calentando y enrojeciendo mi piel,
haciendome sudar y empapando mi cuerpo,
madurando los frutos del camino,
iluminando el sendero entre los árboles
y acariciando los poros de mi piel cuando me estiro.
Después, a solas contigo,
cargado por la tierra, por el agua y por el sol
se escapa la energía de mi cuerpo
con fuerza y con violencia,
cayendo y fluyendo,
calentando y empapando,
iluminando y acariciando...
fundiéndose con la energía
que la tierra, el agua y el sol
en tu cuerpo ha cargado.
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