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miércoles, 18 de agosto de 2010

Raíces, Naturaleza, Cultura, amistad...

Feliz por haber realizado de una tacada una cuádruple carambola he regresado ya de Andalucía.
Estas vacaciones compartidas con mi pareja y mis hijos me ha permitido acercarnos al lugar de donde provienen mis raíces, reconocerlas en el paisaje donde estuvo plantada la mata de la que provengo y provienen. Aunque mejor aclimatado al verdor norteño y totalmente enraizado en él, aún me produce emoción viajar a Andalucía y reconocer lo que conozco o lo que me ha sido trasmitido oralmente. Granada, ciudad numerosas veces visitada, orgullo de los granadinos, andaluces y españoles en general por su pasado moro de talante tolerante, por su cultura, por su belleza y su historia. La Alhambra, marco de vacaciones infantiles de mi madre en la calle Real, por su pintoresquismo, por su supervivencia a la prepotencia católica, por su belleza al atardecer desde el Albayzin.
Zújar, paisajes de mis estíos de niñez, la chacha y el resto de la familia. Hemos hecho un nuevo lazo en el incosciente familiar, identificándonos con aquello de lo que provenimos. Mis hijos lo han agradecido, mis padres sé que también. Mi compañera lo ha compartido.

Cazorla y sus buitres leonados, sus jabalíes, sus ciervos, sus zorros... han cautivado a los niños y a los mayores. Aquello que vemos en los documentales de la tele existe!!! es verdad, aunque una verdad en peligro de extinción. Altas y vertiginosas montañas, profundos y gélidos ríos, tormentas que se avecinana haciéndose anunciar por rayos y truenos. Verdor en medio del secano más inminente... olivos, aceitunas, aceite...

Cultura mora, en los nombres, en los topónimos, en el idioma, en el paisaje, en las alcazabas y palacios, en las torres de vigía, en la gastronomía, en bazares y alcaicerías... Y uno la siente suya, esta cultura... parte integrante de su ADN... Como se coló en el ADN del gringo Irving.

Amistad, amigos, convivencia, camaradaría y diversión, desacuerdos y malentendidos... 24 horas tras 24 horas ponen a prueba la relación, afloran las diferencias pero también el sentido de grupo, de clan... unidos en una aventura.

Volveré a escribir sobre estos días de agosto sobretodo llenos de amor, a todas las personas que me acompañaban, a todas las personas que he reencontrado, a ese pedazo de ADN que dejé en Granada...

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